martes

Terriblemente cruel

Que si quieres, bailamos, pero entre edredones. Que ahí no hay compases que perder.
Los marcan tus besos, nuestras miradas, mis gemidos latidos.
Te adelanto... Que la noche es larga. Y tenemos instrumentos de sobra, que aún no sé cómo suena el roce de nuestras clavículas.
Y si nunca tuviste buen oído, no pasa nada.
La respiración marcará el tempo... O tus manos en mi cuerpo.

1 comentario:

angiealgora dijo...

Well done! :)
Sabes que te sigo. (¡Hasta el fin del mundo si fuera necesario!)
Es genial que hay un lugar más donde saber de ti.
(L)