viernes

S A L T A

Es una extraña sensación.
Sentir que por un momento no ves nada, sólo gris, y más gris, y humedad, y frío, y gotitas de agua condensadas en los cristales.
Y de repente, sucede.
Es algo inexplicable. Se hace la luz, y el sol brilla. Y ahí abajo, se extienden todas esas nubes que ocultaban el cielo. Y el verde de tus ojos se funde con el color miel de los míos, y las sonrisas se extienden.
Y sólo queda en mí esa sensación. Esas ganas de cogernos de la mano y atrevernos a saltar sobre el improvisado manto de nubes que nos va alejando de París.


Una prueba más de que hasta en los días más grises brilla el sol :)

3 comentarios:

Ari dijo...

Me encaaaaaaaanta (L)

un par de lacasittos dijo...

Si estás con ÉL, no hay nubes que puedan con el sol.

un besitto!=)

Paulette dijo...

En París siempre brilla el sol y la gente nunca está triste. Ojalá yo tuviera un París cerca (: