miércoles

Sonreías. Al sol, a ella, tal vez al tenue reflejo de los cristales de unas gafas de sol; tal vez al aire, como dándole las gracias por un día como aquél, por envolveros con esa última brisa cálida de un verano que se despide. Quién sabe por qué sonreías, siempre negabas con la cabeza cuando sus ojos preguntaban.

Una sonrisa. Algo tan sencillo como mover 17 músculos... 17 músculos a la vez, quizás el menor y mejor esfuerzo posible. Un segundo, que se alarga y te atrapa como si supieras que no deberías dejar de sonreír nunca.

3 comentarios:

R. dijo...

Eme! :) he vuelto! esta vez con mas ganas....con mas fuerza..!

un par de lacasittos dijo...

Me encanta!=)

Anónimo dijo...

Es preciosa ;)