viernes

Y aquí, con la cabeza apoyada sobre el fucsia y el frío en el estómago, me asaltan las dudas.
Realmente, ya no sé si escribo mientras lloro o lloro mientras escribo.
Mi único (des)consuelo es saber que, al menos, sé dónde está cada tecla, así que aun con los ojos emborronados puedo seguir ensartando estupideces una tras otra. Es genial.

2 comentarios:

L. dijo...

ya somos dos...

María/A cualquier otro lugar dijo...

"Realmente, ya no sé si escribo mientras lloro o lloro mientras escribo", que bellas frase.