sábado

Si es la única forma, pintará una luna llena. Ahí arriba, brillando casi tanto como él dice que brillan sus ojos cuando sonríe. Lo que él no sabe, o tal vez sí, es que ese brillo no es por la sonrisa, sino por él.

Está decidida. Piensa que sólo hay dos salidas posibles. La primera ya la puso en práctica, sin éxito. Algo dentro le decía "huye!" pero a la hora de la verdad, se encontró con que su salida de emergencia estaba cerrada, atrancada. Quizá por ella misma. Y ahora, sólo queda otra opción, pintar una luna llena en el cielo y esperar a que se haga de noche.

Y confiar en el tiempo, que termina por poner del derecho lo que un día volvió del revés. O viceversa.

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