lunes

El equilibrio es imposible

Si algo me quedó claro es que el equilibrio es imposible en este tira y afloja. Una fina cuerda separa mis pies del abismo siempre que trato de alcanzarte, parece a punto de ceder bajo mi peso. Sé que si caigo volveré a hacerme daño, no hay arneses que puedan sujetar una ilusión. Tú lo miras todo desde el otro lado, como ausente. No huyes, pero tampoco atraviesas la cuerda para venir a buscarme. Hace frío, está oscuro, pero mis ojos no necesitan más que saber que estás ahí delante.

Es blanco contra negro, tú contra mí, tu boca contra mi piel en una batalla a muerte. Tú ganas, yo me pierdo.
Somos polos opuestos destinados a seguir bailando esta canción de la que nadie nos enseñó la coreografía. 
Siempre odiaste los guiones, te sentías seguro mirándome a los ojos, desarmando mis argumentos sin nada más que sonrisas y palabras inventadas en una noche de sal y arena.

Y ahora, esta cuerda se convirtió en nuestra prisión. Cuando trato de alcanzarte, tú no estás. Cuando consigo olvidarme de tu sombra que me persigue a todas partes, apareces, y vuelta a empezar. Me vuelvo, una cama vacía, sábanas revueltas que gritan tu nombre, que me atrapan y me enredan hasta perder la conciencia.

Me quieres, ¿qué es eso?, te odio, tal vez sea lo mismo. Me miras, te busco, te escondes, te miro, me buscas, pero no estoy, ni siquiera sé quién soy ni qué hago aquí.

No hay comentarios: