domingo

Haciendo planes

Hace tiempo, estando en el lugar oportuno a la hora precisa, escuché una de las mejores frases que me han dicho jamás: "La vida es aquello que ocurre mientras nos empeñamos en hacer otros planes".

Hoy, tiempo, tal vez días, tal vez años después, de nuevo la frase ha venido a mi cabeza.
Es cierto. Nos empeñamos en reír, en llorar, en cambiar el curso de las cosas para que todo salga como nosotros queremos, hasta el punto de dejar de lado lo que más debería importarnos para ocuparnos de las cosas más banales. Buscamos inconscientemente nuestro propio camino, sin pararnos a pensar lo que el destino guarda para nosotros.

Perdemos la inocencia, las risas, los juegos. Se desvanecen entre la niebla hasta que no queda ni rastro de ellos, y es entonces cuando decidimos echarlos de menos. Fotos, libros, dibujos, recortes. Cualquier cosa sirve, y la Melancolía aparece, como siempre, como cada vez, acude puntual a su cita. Miramos, tocamos, tratando de apresar esos recuerdos, haciendo que vuelvan. Los retocamos a gusto del consumidor, los besos se vuelven más intensos, las risas más fuertes, el mar más azul.

Y sí, nos engañamos. Pensamos que tuvimos lo mejor al alcance de la mano, cuando en realidad tan sólo fue un atisbo de felicidad rozando unos labios que forman una sonrisa.

Sin embargo, no creo que eso tenga nada de malo. Es bonito ver cómo alguien que lo ha pasado mal sabe sacar el lado de color de toda una vida en blanco y negro, cómo alguien a quien la vida está arrancando sus últimos suspiros saca fuerzas de flaqueza para hacer aflorar una última sonrisa en un rostro cansado de llorar.

Sí, la vida no consiste sólo en una comedia americana, y sí, seguiré tratando de buscar mi camino y acordándome de todos aquellos para los que el destino escogió uno equivocado.

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