D de Domingo

¿Sabes? Odio los domingos. Son días raros, días puente entre sábados de risas flotando en el ambiente y lunes de bostezos de vaho entre paredes blancas.

Hoy, sin embargo, me da igual. Hoy sí es un día especial, un domingo astromántico como pocos. Te preguntarás si me he vuelto loca. Creo que no, bueno, estoy segura... ya estaba así antes.

Zahara resuena en mis oídos, como cada tarde. "Si tu magia ya no me hace efecto, como voy a continuar.... Si me sueltas entre tanto viento, cómo voy a continuar....".

Si la escucharas, me entenderías, sonrío y de nuevo me pierdo en sus acordes. Tal vez sea lo único que me gusta de los domingos. No salir de la cama, atrincherarme sola entre mis recuerdos y mi edredón, y poner música. Ah, y cuanto más autodestructiva, mejor.

Recuerdos. Pienso en ayer y sí, definitivamente te echo de menos, y eso no me gusta. Nada. Me encanta recibir un mensaje cuando voy andando por la calle y ser consciente de que estoy poniendo cara de idiota cuando veo tu nombre en la pantalla, y te imagino tímido, con una sonrisa escondida en los labios, como tú, como siempre. Me encantan las miradas furtivas, tu mano en mi espalda, que me sorprendas cuando menos me lo espero. Me encanta porque me haces sentirme viva. Me encanta, pero me da miedo.

De todas formas, no somos más que dos marionetas en manos de algo llamado destino, que juega como un niño caprichoso vigilando cada paso que damos, encargado de supervisar nuestras maniobras de escapismo. Escapismo.... escápate. Conmigo, claro. Démosle una nueva historia al destino para que busque a otros con los que jugar cuando se aburra.