lunes

Dolor. De ése que duele tanto que intentas quemarlo con unos tragos de José Cuervo, a ver si con suerte no sólo borra la sensibilidad de tu garganta sino también algunos recuerdos.
Ironías de la vida. Damos vueltas y más vueltas, sin parar, sabiendo que en algunas tendremos que perder. Como en una ruleta rusa, pero aún peor. Porque aquí las balas no matan, sino que te dejan tirado, con ese dolor insoportable y el sabor de la sal en los labios. Y no precisamente de ésa que acompaña los tragos de tequila.

1 comentario:

un par de lacasittos dijo...

Ese dolor que al final nos deja exhaustos...
Muy emotivo el texto.

Unbesitto!=)