- Actuamos con miedo. Dejamos cosas sin hacer, por miedo. Gritamos, reímos, lloramos de miedo. ¿Miedo a qué?
- A no ser capaces, a no hacer las cosas bien... No sé, es algo irracional.
- Estupideces, en serio, piénsalo. ¿Quién dice qué está bien y qué no? Tú. Nadie más que tú mismo puede decidirlo, es totalmente arbitrario. Si piensas que algo es lo correcto, si lo es para ti, lo será, y punto. Es como la ropa; nadie más que tú puede decidir qué es lo que te gusta llevar y qué no, por más que los demás se dejen guiar por alguna revista estúpida.
- Ya, pero ¿y si cuando sales a la calle todos se ríen de tu forma de vestir? ¿Y si nadie la aprueba?
- Qué más da. En serio. Volvemos al miedo, miedo a las opiniones ajenas. Vaya gilipollez. No serán ellos los que te hagan sonreír cuando estés mal. Si te gusta esa ropa, póntela. Qué más da si pareces un jodido payaso, mientras tú seas feliz así, en ese momento. ¿Acaso la vida no es ya lo suficientemente complicada como para no actuar en cada momento como a ti te dé la gana?
8 comentarios:
Lástima que el miedo nos ate en situaciones tan tontas... en mi caso me ata con todo, son cosas que se intentan corregir, sí.
Besitos! :**
Sí, a todos nos ata... pero el problema es precisamente ese, que no sólo hace falta que tú dejes el miedo a un lado, sino también que lo hagan los demás...
Siempre me encantaron tus palabras y esta vez no iba a ser una excepción.
Mi pequeña goda(L)
Todos deberíamos ser un poquito más payasos y dejar aparcado el miedo. Tan fácil decirlo y después...
Saludos ;)
Pues sí, el año que vieneme voy de Erasmus...
Espero que todo te vaya genial, que te lo mereces.
Te echo de menos
Una gran verdad... Bonito blog ^^
Es que a veces dejamos que el miedo juegue con nosotros y lo peor es que es difícil no sentirse como una simple marioneta.
Una entrada preciosa, como todas ^^
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