miércoles

Tierra.

¿Y qué más da cómo llegaste hasta aquí?
Sólo mírate, siente la tierra bajo tus pies, respira. Hondo, más aún. Explora cada uno de los pequeños detalles que te rodean; al fin y al cabo, eso es lo que siempre queda, los detalles. Un beso, una sonrisa más larga de lo normal, una mirada, ese gesto, un olor. Toda una vida llena de sensaciones y pequeños milisegundos que nos hacen felices.

Sonríes, antes creías que todo eso no eran más que tonterías. Y sin embargo ahora mírate.
Aquí, de pie, tan pequeñita en medio de ninguna parte, perdida cerca y a la vez tan lejos de todo.

El sol quema tus ojos claros y baña tu piel, mimetizándola con el tono dorado del atardecer entre montañas. La brisa baila con tu pelo y todo parece hecho justo para ti, sólo para ti.

¿Qué más da quién eres? Aquí dejas todo a un lado, las lágrimas, los escalofríos y los recuerdos que duelen demasiado, y pasas a formar parte de la naturaleza. Te conviertes en una pequeña parte de esas rocas inmensas que te rodean. Subes hasta el cielo y las lágrimas que aún quedaron escondidas en alguna parte caen en forma de esa fina lluvia que poco a poco va calando en la tierra y hace surgir los brotes verdes. Viajas con el viento y escuchas los secretos mejor guardados en los rincones más recónditos.

Y ahora, tapándote con esa camisola de colores que tanto te gusta, echas a andar de nuevo, sin volver la vista atrás, y te vas por donde viniste, tu casa, tu gente, tu vida.

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