martes

Quiéreme, si te atreves

Vamos, vuelve. O no te vayas, todavía no.
Viniste a por mí, como un soplo de brisa directo desde el mar, dispuesto a hacerme olvidar los fantasmas que habitaban aquí adentro. Demasiado profundos, demasiado aferrados a mí, o tal vez yo aferrada a ellos para no volver a caer.
Y ahora, sólo te pido que no te vayas. Sé que puedes ayudarme, y ahora sé que también quiero que lo hagas.
Cada noche tengo miedo, de volver a verte o de no hacerlo, de darme cuenta al abrir los ojos por la mañana que no has sido más que un espejismo.
Real, demasiado real, demasiado perfecto. Pero nada más que una ilusión.

Vamos, vuelve. O no te vayas, aún no.
Dedícame una sonrisa cada mañana al levantarte de mi lado. Déjame hacerme la dormida mientras jugueteas con mi pelo y llega hasta mí tu respiración, haciéndome cosquillas en la piel.

Sácame de aquí, no sueltes mi mano. Porque caeré, volveré a caer hasta que sea demasiado tarde, hasta que el agujero sea demasiado profundo como para poder salir.

Sácame a bailar, y déjame que te saque una sonrisa.
Dime al oído eso que sólo tu y yo entendemos, invéntame, descúbrete, hazme volar.
Piérdete en mi mirada, y yo me perderé en tu cuerpo.
Róbame un beso. Mírame a los ojos y róbame la respiración, llega hasta mi alma.
Haz como que te vas, para volver más tarde con nuevas sonrisas, y besos, y miradas, y juegos.

Juega tus cartas, pero déjame que yo también juegue las mías.
Juégate, quiéreme si te atreves.

No hay comentarios: