viernes

De la imposibilidad del fenómeno (II)

Habían dejado de verse unas cuantas primaveras atrás, tantas que el frío viento de marzo les había hecho perder la cuenta. Y eso que las primaveras siempre le gustaron más que cualquier otra estación. Todo había sucedido como si fuera algo normal, para proteger su salud, según le dijo. Porque las arritmias habían comenzado nada más conocerlo, hasta hacerse insoportable el dolor cada vez que se veían. Hubo quien le dijo, entre risas, que aquello sí era amor, que dolía tanto como el peor de los odios. Él se marchó una oscura mañana de abril, prometiéndole que volvería, para curarla.
Y sin embargo, cuando parecía que su corazón -que no su cabeza- había sanado, había vuelto a ocurrir. Aquella tarde de lunes -todo lo malo ocurría siempre en lunes-, de nuevo el dolor, eterno, ahí adentro, en el pecho. Y la falta de respiración, como si hubiera desaparecido todo el oxígeno de repente. Miró a su alrededor, buscando, buscándolo. Deseando verlo de nuevo casi tanto como volver a respirar. Y ahí estaba, como siempre. Sus ojos achinándose en aquella sonrisa que lo cambiaba todo. Se acercó, dejó en su mesa una tarjeta y volvió a marcharse, tan fugaz que llegó a parecerle un sueño. Pero ahí estaba, una tarjeta de visita. Y leyó:
A. Ríos
Cardiólogo


Debajo, de su puño y letra, pequeña y apretada, una sola frase.
Te dije que volvería, para curarte

6 comentarios:

Pedalier dijo...

Los hombres de bien siempre cumplen su promesa. Y éste volvió y cumplió, aunque la empresa para ella se antojara complicada.

Curiosa mezcla de cotidianeidad y romanticismo.

Nos leemos.

Anónimo dijo...

Intimista, perfecto. Me gusta :)

Hh. dijo...

Me alegro de que cumpliese su promesa.
¿La curó de verdad?
Un beso!

☮☮☮

Unknown dijo...

Simplemente bello,,,me encantó..ya estoy, con ganas de leer otro...desde ya te sigo,,,te invito a que pases por mi blog, y si te gusta me sigues, asi compartiremos opiniones
besos
Gigi

Una simple yo dijo...

Me encanta, menudo texto, de veras escribes genial! Ha sido increible, que bien que cumpliera su promesa, genial :)
Te espero de vuelta, besitos

Sergio DS dijo...

Debo empezar a atender a mi médico.