En su día, tuvo memoria fotográfica. La vida le dio la posibilidad de guardar en su mente cientos, miles de momentos. Pestañeos, caricias, sonrisas, gestos, miradas. Palabras que no se llevaba el viento, sino que ella almacenaba cuidadosamente.
Y hoy, lo más que le queda de todo ello es esa vieja fotografía, para intentar reconocerse a sí misma de entre los desconocidos que posan ante la cámara.
En algún momento, la vida debió de decidir que a su mente ya no le hacían falta recuerdos.
7 comentarios:
Guau... sin palabras.
La vida no debería decidir ese tipo de cosas por uno. Si por algo es interesante vivir, es por rememorar los recuerdos pasados, ponerlos en práctica en el presente e imaginarnos el futuro gracias a ellos.
Nos leemos.
¿Sabes? Yo creo por un lado que tener esa memoria fotográfica es bueno, a mi me encanta guardar instantes tan bonitos como los que tu dices que he pasado. Pero con el tiempo, esos momentos, se vuelven demasiado nostalgicos, todo, te recuerda a ese alguien que ya no está. Y quizás sea el momento de dejar de tener recuerdos :)
Pensaba que ya te tenía en seguidores, pero me he dado cuenta que no (pero me gusta ser tu numero 100) :)
Marta! =) Cuanto tiempo! Soy Lucía... =) (Tu ex compi de clase) Como te va todo? pensaba que te tenia ya en mi blog y no!! te encontre de nuevo en el de angelaaa!!! YA TE SIGOOO! QUE AUN NO TE TENIA! TU tampoco a mi! pasateee!!! =)
Espero todo te vaya de lujo ^^, y que sigamos en contacto.. =) Un beso muy muy gordoooooo =)
Me parece tan nostálgico este texto que me ha emocionado.. he aquí la prueba de que con pocas palabras se pueden crear cosas maravillosas!
:)
Una vez preguntaron a un anciano por qué iba a visitar cada día a su mujer enferme de Alzeimer y no saber quién era éñ, a lo que él respondió: "es que yo sí recuerdo quién es élla!
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